No ha habido manera, por más que he preguntado, de saber de donde procede (documentalmente) el origen del nombre de la “Cuesta del Infierno”… ¡Curioso nombre!
No sabéis (no os podéis imaginar) lo complicado que es hacer la biografía de alguno de nuestros personajes. Ni hablando con los hijos, los vecinos y los amigos que les conocieron, te “casan” los datos. ¡Increíble!, pero cierto. Algún día de estos os comentaré algunas anécdotas al respecto.
Hoy, solamente, me referiré a este nombre (del Infierno), porque me preguntan casi de seguido (excursiones y laredanos, también) por su origen, así que os voy a contar lo “poco” que sé de la dichosa «cuesta».
Es curioso que haya tenido que acudir a la “sabiduría popular” (por otro lado la más lógica) y olvidarme de concejales, exconcejales, funcionarios municipales, y demás. Nadie me dió mejor respuesta que la que os voy a relatar, ni fechas, ni datos.
Por otro lado, recordar que los nombres de las calles (como ahora) han ido cambiando a lo largo de la historia… ¿Sabíais que la famosa Rua Mayor se llamó, durante un tiempo, Navas de Tolosa? (por ejemplo). ¿Y qué al levantar la «placa» de Navas de Tolosa apareció, debajo, la de Rua Mayor…?
La «Cuesta del Infierno»:
Aquí, antiguamente, estaría la puerta de “Lampiazo” (y se llamaría así la “cuesta” completa) que daba acceso a la antigua dársena (la primera) y a los astilleros del mismo nombre, donde el monarca, Felipe II, mandaría construir una decena de naves, para defensa de su “vasto” imperio.
El nombre de “Cuesta del Infierno” se cree que es de origen “popular”. Entroncado en aquellos años en que al venir los marineros de las faenas del mar (en aquella dura vida), cargados con todo tipo de bártulos (a veces bote incluido), al tener que subir la “cuesta” para llegar a su casa… (no olvidemos que todos los locales; bares, disco-bares, restaurantes y Pub´s, antaño fueron «cuadras» y «bodegas» de pescadores) más de una vez y más de uno, exclamaría: ¡Y ahora subir, como “puntilla”, esta maldita cuesta del “Infierno…”! (Con lo que la «cosa» cuajó y se popularizó).
Si no es así, no vendría mal buscar el «acta» del ayuntamiento donde rece la «famosa» historia.
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